-Leunam Ollitrop
No sé vosotros, pero a mí siempre
me ha gustado quemar cosas. Gastarme una caja entera de fósforos encendiendo
uno tras otro y deleitarme observando cómo se consumen; tirar soldaditos de
plástico a la barbacoa y ver como las llamas hacen que se funda poco a poco (que
no me escuche Buzz jijiji); quemar trocitos de papel y paja porque sí gastando
un mechero entero en una tarde, yo que sé. Siempre que tengo oportunidad de
quemar algo (sin causar un incendio, claro), lo hago, y disfruto.
(Bonita llama eh...pilláis el chiste, ¿no?)
Y creo que es una cosa que nos
pasa a todos, aunque siempre hay excepciones claro: todas las madres del mundo.
Para mi madre encender la hornilla de casa para, yo que sé, poner a hervir agua
para hacerme unos espaguetis, es un acto de vida o muerte: cuando ve que tardo
más de lo normal en encender la hornilla con el mechero (sí, tengo que darle al
gas y luego acercar un mechero para que se encienda, soy pobre), monta un drama
digno de una película del propio Nick Cassavetes. Supongo que por su cabeza
pasa la imagen de mi cuerpo explotando en mil pedazos los cuales, al mismo
tiempo, son consumidos por un fuego feroz.
Ahora, no penséis que soy un p***
pirómano, no; esos están locos y queman bosques. Si yo llego alguna vez en mi
vida a quemar un bosque es pura coincidencia… Y es que creo que fui educado en
una cultura que rinde, constantemente, homenaje al fuego: soy sudamericano
(sudaca para los amigos). En mi país todo, absolutamente todo, se pasa por la
barbacoa, cualquier alimento es válido: carne de ternera, pollo, pescado,
cerdo; también verdura como tomates, patatas o pimientos (rojos o verdes, no
somos racistas); incluso se fríe encima de las brasas. Si joder, lo he visto
con mis propios ojos (quienes me conocéis sabéis que no son precisamente
pequeños, por lo que no dudareis de la veracidad de mis palabras).
Y es que una barbacoa, para un
panchito como yo, es el alimento adecuado en cualquier situación, ya sea una
boda, un bautizo o una comunión. Por descontado para celebrar la navidad, el
fin de año y el día de san Guatacaleico Tumbado (no olvidemos cada sábado y
domingo, también son buenos días). Y supongo que todos pensareis que una
barbacoa sólo se puede hacer en una barbacoa, con su parrilla y tal… pues no,
nosotros utilizamos cualquier cosa: desde medio barril metálico mal cortado
hasta una carretilla (esta última es bastante popular).
Pero, aún así, creo que la
atracción por el fuego es algo universal: nos encanta y asusta a partes
iguales. Por lo que espero que compartáis mi posición al respecto, sobre todo,
porque si me quedo solo y soy el único que lo ve así, tendré que plantearme
ciertas cosas… ¡Y os quemaré a todos! Jajaja era broma… Bueno, sólo deciros que
si alguien relacionado con la ley está leyendo esto que sepa que todo lo que
aquí explico es ficción, y cualquier parecido con la realidad es pura
coincidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario